En septiembre hace menos calor, los precios sufren una ligera reducción y encontramos lugares menos masificados. El que no se conforma es porque no quiere. Lo malo de aguantar currando hasta este mes, puede verse recompensado con infinitas ventajas llegado el momento de reservar mesa en un restaurante, encontrar un hueco junto a nuestra área de baño o desplazarte en tus visitas a las zonas elegidas.
Todavía estas a tiempo, disfruta.
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